Las nubes amenazaron bien temprano con lluvia. La incertidumbre, de nuevo entre los cofrades en el Domingo de Gloria. Hubo tiempo de reflexión y la espera mereció la pena. Una hora más tarde de lo previsto, se abrieron las puertas de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar para dar paso al desfile procesional de la Hermandad del Resucitado. Abría paso la cruz de guía, que por primera vez iba custodiada por nazarenos, a los que arropaban multitud de personas que no dejaron de desfilar por las calles de las barriadas de la Hispanidad y de Verdeluz, donde la cofradía tiene previsto levantar una capilla propia.
El discurrir del cortejo estuvo muy organizado, con los hermanos pendientes del paso, en el que se estrenaba la talla frontal del canasto, realizado por el tallista Paco Pineda, que ensalza aún más la bella imagen del Señor realizada por Elías Rodríguez Picón. Una imagen que avanzaba firme gracias al buen trabajo de los costaleros, acompañados en todo momento por la Agrupación Musical de la Santa Cruz, que hizo un magnífico trabajo.
El discurrir del cortejo estuvo muy organizado, con los hermanos pendientes del paso, en el que se estrenaba la talla frontal del canasto, realizado por el tallista Paco Pineda, que ensalza aún más la bella imagen del Señor realizada por Elías Rodríguez Picón. Una imagen que avanzaba firme gracias al buen trabajo de los costaleros, acompañados en todo momento por la Agrupación Musical de la Santa Cruz, que hizo un magnífico trabajo.
El Resucitado paseó su mensaje de vida por las dos barriadas onubenses, en las que no quedó ni acera ni rincón sin devotos que quisieran acompañar al paso. Y como cada año, uno de los momentos más emotivos llegó cuando la cofradía se asomaba al Asilo de Santa Teresa Journet, donde los mayores celebran la llegada del mensaje de vida que trae el Resucitado. Las lágrimas hicieron acto de presencia, como también se contuvieron en el regreso del sagrado titular al barrio de Verdeluz.
Es el noveno año consecutivo que la cofradía sale a la calle el Domingo de Resurrección. Un tiempo que ha servido para hacerse el hueco que le corresponde en el calendario cofrade y para avanzar con paso firme. Huelva lo ha sabido agradecer y no falta a la cita desde que en 2003 se constituyese como asociación parroquial en Verdeluz. Hoy son casi 300 los hermanos que tiene, de los que 40 salieron ayer de penitentes.
Es el noveno año consecutivo que la cofradía sale a la calle el Domingo de Resurrección. Un tiempo que ha servido para hacerse el hueco que le corresponde en el calendario cofrade y para avanzar con paso firme. Huelva lo ha sabido agradecer y no falta a la cita desde que en 2003 se constituyese como asociación parroquial en Verdeluz. Hoy son casi 300 los hermanos que tiene, de los que 40 salieron ayer de penitentes.
El Resucitado pone punto final a la Semana Santa onubense. Una culminación que la cofradía espera poder rematar con la estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral en la mañana del Domingo de Resurrección. Pero para ello, debe llegar antes la aprobación por parte del Consejo. Aunque no hay que olvidar que el obispo de Huelva, José Vilaplana, tiene especial interés en que la Semana Santa se cierre con la gloria de la Resurrección.
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