Bajo amenaza de lluvia y con los paraguas en la mano, los alumnos del Colegio María Inmaculada representaron ayer, como actividad escolar, la procesión que representa la ‘Entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén y María Santísima de Los Niños’. Después de varios meses trabajando, el tiempo dio una tregua. Alrededor de 250 alumnos del centro, con edades comprendidas entre los 4 y 12 años, lucieron a sus titulares durante el recorrido previsto. El director del centro escolar, Isaac Martín, visiblemente emocionado y cargado de ilusión, aseguró que “tras el éxito obtenido durante los viernes de Dolores de los años anteriores, esta actividad vuelve a repetirse para dar respuesta a las inquietudes de los alumnos”.
Video: Canal Noticias Huelva Cnh
A las 10.30 horas hizo su salida la cruz de guía. Detrás, los alumnos del centro, de los que 29 eran costaleros (dos cuadrillas para cada paso). Alrededor de 20 formaban parte la banda de música del paso de Misterio, que en este caso reproducen fielmente a la banda de Nuestra Señora de los Reyes de Sevilla. Otros 12 formaron parte de la banda de música del paso de palio.
Uno de los momentos más entrañables de la procesión, y con el que se vuelca el público asistente, fue la aparición de las alumnas ataviadas de mantilla. Rosario en mano, estas pequeñas hicieron las delicias de los padres que se congregaron en torno a la procesión. Alrededor de una decena de alumnas iban vestidas de hebreas, y un importante número de acólitos acompañaron al paso de Cristo y al de la Virgen.
Los alumnos que conforman el cuerpo de nazarenos portaban cogollos de palmas, varas e insignias, entre las que destacan la relacionada con el centenario del colegio, la bandera Concepcionista, la insignia Senatus y un Simpecado.
Otro de los momentos más esperados es el de la salida de la representación de los cuerpos de Seguridad del Estado. Policías Locales y Guardia Civil representan fielmente el uniforme, que este año, además, se ha complementado con las plumas cedidas por la banda de la Salud para la Policía Local de gala.
Para que cada año esta procesión luzca con todo su esplendor, los padres y profesores del centro vuelcan toda su imaginación para que todo sea lo más real posible. Y lo consiguen. Cada año, esta salida procesional congrega a un mayor número de curiosos que, desde primeras horas de la mañana, se concentran a las puertas del centro escolar. En la preparación de la salida colaboran con gran entusiasmo los padres de los alumnos, los profesores, los alumnos más mayores, el personal de administración y servicios y numerosos amigos y antiguos alumnos del colegio. “Esta es una explosión de alegría. Llevamos muchos meses trabajando en esta iniciativa. Todos nos volcamos, y, sobre todo, los niños viven uno de los días más importantes de sus vidas”, cuenta Antonio Martín, exdirector del María Inmaculada.
Días antes, los pequeños ensayan entre risas y nervios en el patio de la escuela. El día del desfile procesional caminan serios y de forma ordenada ante la atenta mirada de sus padres y de los muchos curiosos que se acercan. Nada les distrajo. Vivieron durante horas la Semana Santa de una manera profesional y llena de sentimiento, eso sí, los mayores del centro fueron los encargados de velar por el buen funcionamiento de la procesión.
Durante buena parte del recorrido les acompañaron los padres y cofrades de la ciudad, quienes aseguraron que “es digno de reseñar el esfuerzo que hacen padres y madres para que sus hijos puedan salir en esta procesión, porque les inculcan, desde pequeños, el conocimiento de nuestras tradiciones y costumbres más arraigadas, como es la pasión por la Semana Santa de Huelva”.
Las tallas miden unos 60 centímetros y, en esta peculiar procesión, recorrieron las calles más céntricas de la capital, las principales vías del itinerario oficial de las cofradías que a partir del próximo Domingo de Ramos llenarán, un año más, a la ciudad de gente, onubenses y turistas.
Los protagonistas levantan apenas un metro del suelo, pero eso no fue obstáculo para que representaran con total fidelidad, y sin que faltara el más mínimo detalle, una cofradía propia de esta tradición.
Al finalizar la procesión, los alumnos de 4º de ESO montaron un bar en la Plaza de Isabel la Católica, donde compartieron las exquisitas tapas que sus familias prepararon. Un viernes de Dolores de convivencia, tradición y arraigo de las costumbres más singulares de la provincia.
Noticia: Fernando Romero, El Periodico de Huelva
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