martes, 5 de marzo de 2013


La lluvia encierra el Vía Crucis en la Mayor de San Pedro


El recogimiento y la oración fueron la nota dominante en el desarrollo del acto piadoso
Estremecedora e implacable. Con el interior del templo a oscuras con el sonido de los truenos de fondo. Un Cristo iluminado sólo por los candelabros de guardabrisas que cada Viernes le prestan luz. Una multitud silente, cabizbaja y resignada ante la evidencia. Mostrando madurez ante la adversidad. Pero ante todo, conocedora que ante los elementos, es imposible luchar. Esta fue la estampa que ayer quedó plasmada en la Mayor de San Pedro, donde por causa de las intensas precipitaciones que durante todo el día cayeron en Huelva, tuvo que "encerrarse" en el recogimiento del interior de este histórico templo
Y nopor esperada, fue menos triste. La decisión casi no la había tomado nadie, ya la tormenta había hablado con voz atronadora. La tarde iba exhalando su último suspiro cuando el cielo de Huelva, amenazante desde las últimas horas del domingo confirmaba su sentencia. No habría tregua para el Vía Crucis Oficial de la Semana Santa de Huelva, y eso, lo sabían cuantos se acercaban por la Plaza de San Pedro, el escenario donde hubiera tenido lugar de no ser por la consustancial enemiga y a la vez compañera de las hermandades, la lluvia.
Paraguas en mano, los portadores de cirio y de las cruces que iban a señalar las estaciones se acercaban a la Sacristía, junto a los hermanos mayores, autoridades y feligreses e iban pasando por la sacristía. Estaba todo decidido ya. Iban pasando al interior del templo, dispuesto para el Vía Crucis, con los bancos en la nave principal rodeando la parihuela donde se encontraba el Señor del Descendimiento pendiente de la primera Cruz, la cruz fundacional. Todo era silencio e intimidad.


Mientras tanto, a las 20.40 horas entraba el obispo de Huelva, José Vilaplana en la sacristía, acompañado por el delegado de hermandades, Diego Capado, el presidente del Consejo de Hermandades, Antonio González y el hermano mayor, Antonio Martín Acevedo, con cara que delataba su preocupación evidente.
"No ha podido ser, con los elementos no podemos luchar, pero eso no va a empañar lo más mínimo el trabajo que ha hecho esta hermandad, que es impecable", y aunque "nos hubiera gustado muchísimo hacerlo en el exterior, por el diseño de este acto piadoso, para ofrecerlo al máximo de personas, lo haremos con mucho recogimiento", puesto que "ya hemos decidido y creo que con muy buen criterio que se haga en el interior del templo", reconocía el presidente del Consejo quien lamentó que "a pesar de haberlo retrasado al tercer lunes de Cuaresma, eso no ha impedido que el mal tiempo haga acto de presencia".
Solemnemente, partían los lectores, José Arturo Domínguez y José Antonio Gallardo al presbiterio. Allí esperaba una cruz flanqueada por dos cirios, que fue avanzando por la nave central conforme se leían las estaciones. Tanto la primera como la última fueron rezadas por el pastor de la Diócesis. Siguiendo el Camino de la Cruz, mientras los hermanos mayores de penitencia y representantes de hermandades, incluyendo a la Cinta por ser Patrona y Protectora de las Cofradías y el pregonero de la Semana Santa de Huelva, portadores de la parihuela, hermanos del Descendimiento y fieles en general seguían el rezo.
Silencio sepulcral y respeto. Entre una estación y otra, la música de la capilla del Liceo de Moguer, que interpretó, entre otras piezas sacras el 'Christus factus est' de Zarzuela. De fondo, otra música, la del viento y la lluvia que ha regado este acto de preparación a la Semana Santa en la ciudad.

Fuente: El Periodico de Huelva

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